Latidos en papel

“Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos” escribió Cortázar una vez, o unas cuantas veces  Una vez me di cuenta que esa frase me hacía acordar mucho a mi encuentro conmigo misma, o cientos de veces Quererse no implica el no poder olvidarnos de vez en cuando la importancia de tenernos al lado Tomar un camino paralelo y volver de vez en cuando, miles de veces, siempre que sea necesario Quererte tampoco tiene que interponerse entre nuestra concepción de amor y todo lo que hay de por medio A veces lo más sentido viene después de un tropezón, y mi encuentro más profundo llegó siempre después de esa sensación 

La vida se convirtió en anecdotario Alegrías y rebeliones, todo en el mismo diario Esbozos de recuerdos Creados para ser vividos de a pasitos Descomponerse y reacomodarse, desafiar al destino Sensaciones que se viven despacito Desnudarse frente a lo nuevo, descifrar el laberinto

La encrucijada del habitar En donde una persona se vuelve pasillo Con todo lo que eso implica  Y transitar se vuelve recuerdo Y nos convertimos en pasajeros de nuestros propios anhelos  Donde una calle se vuelve recuerdo La senda del placer y del deseo Todas esas vías que de repente se volvieron atajo Encuentros repentinos y rutinas por si a caso Una calle que esconde todo eso, una cuadra que nos ilumina lo que se oculta acá adentro 

Me había olvidado de la frase que me representó durante tanto tiempo.  Tal vez fue la rutina, tal vez el deseo, o incluso mi propio ego. Somos lo que hacemos para cambiar lo que somos. Y me recordé que somos energía.  Contagiosa, poderosa, libre y en tránsito. Verme partir le dió lugar al surgimiento de otra vida, otra de mis mil vidas. Porque cuando te caes no queda otra que levantarte, y después de unas cuantas caídas, ese levantarse es emprender vuelo. Nunca volví igual de las veces en las que me perdí. Mucha vida y pocos frenos, así disfruto mejor del viaje.

No sé cómo explicarte que mi vida siempre estuvo acá, pero nunca dejé de sentir que mi alma está en otro lado. Un abismo en mi mirada, todo lo terrenal de por medio. No sé si me lo dijo un brujo, una reflexión o un sueño. Pero siento que algo se desata acá adentro,  y es lo mismo que me pasa cuando te veo. Me asusta ver en vos lo que encuentro en mí.

La fuerza para dejarte ir La valentía de aprender a quedarme  La torpeza con la que intento olvidarte La sorpresa con la que vuelvo a encontrarte La marea con la que vienen todos mis anhelos, Mis más sentidas emociones Ya no me parece extraño el lamento, Ya terminé hundiéndome en ese recuerdo