De a ratos I

Una vez alguien me dijo que una buena forma de conectar con uno mismo es abstraerse de la realidad y hacer un recorrido mental de todas las partes de nuestro cuerpo, de abajo para arriba, de afuera para adentro.

Nunca fui sinónimo de encierro.

Cada tanto extraño escuchar mis sentimientos, hacerlos piel; porque escucharse también es aprender a irse.

Aprender a irse es sentirse, es replegarse transeúnte.
Aprender a irse también es aprender a volver.
Aprendí a irme, y ahora no encuentro el encierro.


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