Contando lunares

Me gustaría que los lunares fuesen historias; le pediría al tiempo que pase más lento porque no me alcanzaría una vida para vivirlas todas.

¿Y si fuesen abrazos? Probablemente se quedarían pegados a tu puerta esperando a ver si salís.
Qué pasaría si los lunares fuesen sinónimo de elecciones, de sueños, de oportunidades.

A veces imagino qué pasaría si se volviesen de plastilina; podría sacarme alguno y dárselo a otro.

Me pregunto si realmente necesito tantos.



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