Anecdotario I
No hay nada más tuyo que tus sonrisas sin querer, tus sueños, tus decisiones, tus torpezas; tus lágrimas cuando todo te desborda, tus ganas de poder hacer eterno un instante sólo porque te encanta sentirlo; tus ganas de hacerlo todo piel.
Las cosas a las que decidís no hacerle frente, las personas a las que preferís hacer a un lado, pero lo que sin dudas es más tuyo es ese esfuerzo por acercar a las que querés que permanezcan cerca.