Cuestión de enfoque

Qué nos pasa. 
Que priorizamos lo que no es importante, que nos enfocamos en cosas que no son. 
Nos mantenemos ocupados por la sencilla razón de no querer mirar para el costado. 
De no saber que estás ahí. 
De hacer foco en lo que realmente es importante para nosotros, en lo que nos da paz, en lo que nos llena.

Nos pasamos la vida atareados, estresados, preocupados por cosas que no van, que no fueron, que no van a ir. 
Por personas que no valen la pena. 
Por rutinas que no valen nuestro tiempo. 
Porque nunca vamos a volver a ser tan jóvenes, y nunca vamos a volver a tener la oportunidad de poder estar así, como ahora, así de vivos.

Eso es lo que necesitamos, si, cambiar el foco de la cuestión. 
Hacer foco en lo que nos hace bien y desenfocar todo lo malo, hacerlo a un lado, mantenerlo fuera del ángulo de visión. 

Sería como una especie de status quo entre nuestro corazón y nuestra cabeza. 

Porque a veces lo malo puede esperar, y si no puede, tal vez puede transformarse en algo no tan malo, un poco más digerible, más llevadero, más esperanzador.

Cada uno pasa por sus propias tormentas, pero todos estamos bajo el mismo cielo.

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