De mis favoritos II
Es que de repente, en esta ciudad, me enamoré de todo, de tantas de esas cosas a las que no les prestaba atención y de esas en las que pensaba demasiado. Entendí el por qué de mis miedos, de mis ansias, de mis búsquedas. El por qué de esa sensación inexplicable que generaba el no saber lo que me esperaba un poquito más allá de mi zona de confort. Y me reinventé millones de veces. Y le puse el corazón a todo lo que hice. Y la verdad es que sí, me sorprendió. Me desencajó. Y me hizo entender que no vine en busca de algo que no tenía, sino que vine a encontrar ese algo que creí que había perdido. Y los sentimientos se hicieron piel con cada sol, con cada ola, con cada callecita que iba caminando; con cada sonrisa en el desayuno, con cada conversación sobre la arena, con cada puesta de sol en el muelle. Realmente disfruté lo simple, las olas, la arena cuando todavía no quema. Un abrazo, una canción a todo pulmón, el sol escondiéndose detrás del morro. Vivir con uno mismo y disfr...