Latidos en papel

Es que guardar acorrala, hacer de cuenta que no pasa nada asfixia, contener no te está dejando respirar. Hay que soltar todo de una buena vez; como sea, como salga,  como tal vez debería haber sido hace ya bastante tiempo.  De nada sirve el pensamiento que es sentimiento pero no es palabra.

No te ves fácil de conquistar, de retener, de atrapar.  Te ves libre, tal vez un poco frágil, animada, fluyendo con la vida como cuando fluís con el mar. Y no está mal que sea así.  Me gusta de hecho; resulta inquietante, atrapante, desvelador.

Te convenciste de lo efímero, de lo que tiene que irse y de lo que no tiene por qué quedarse.  De lo pasajero como sinónimo de libertad, como si tiempo e intensidad debiesen ir de la mano.  Como si ese abrazo no apareciese cuando cerras los ojos,  como si esa sonrisa no te hiciera sonreír a vos también.